sábado, 4 de septiembre de 2010

Luz Marina Almarza (Chivacoa, 1961)






Vive en Barinas, estudió letras en la UCAB, 1988. Ha escrito poesía desde hace más de 25 años. Escritora incansable, tiene ya una extensa obra poética, casi siempre, breve, densa que abarca más de 25 títulos. Comparte su vida entre el quehacer poético, talleres, entrevistas y la el ser laico consagrada.

Ha publicado en periódicos y revistas locales, ha sido merecedora de premios de poesía como:

- El I Concurso de Poesía “Eliseo Jiménez Sierra, (1995) Yaracuy.

- Premio Municipal de Poesía (1999) Alcaldía de Barinas con “Siguiendo el Rastro de una Lagartija” (publicado).

- Ha publicado también el poemario “Una Ranura en el Cielo” (1999).

- Mención en la II Bienal de Literatura” Orlando Araujo” con el libro “Vislumbrar el Cielo” (2003).

- El poemario: “Frágil Luz Deslumbradora” fue seleccionado en el Concurso Nacional de las Letras CONAC 2004. (publicado)

- Ganadora de la IV Bienal Nacional de Literatura “Orlando Araujo”, 2008, mención poesía, con el texto La vocación del pájaro

- Tiene un importante ensayo “La Poesía en la Escuela” (estrategias y antología breve de poesía para niños) inédito.

Su poesía trata el tema amoroso, el paisaje llanero y misticismo cristiano y ahora para niños.

Trabajó en el Centro de Cultura e Información “Caridad Novoa de Paredes” de Educación Especial y coordinó el boletín del Subsistema E.E. “Sol de Papel”.

Ha dictado talleres de expresión para niños y adultos.

Ahora con su inseparable amiga Xiomara Ortega cofacilita el taller de gramática vía Internet.
Da sus inicios en la locución y producción del programa radial El Baúl de los Sueños, el año pasado con su amigo el Profesor Javier Suárez y las niñas integrantes del grupo de teatro infantil Las Tablitas, de la escuela Básica “El Molino “

Recibió el diploma “Orden Educación Especial” (2OO7) y otros
reconocimientos como persona con discapacidad.

SELECCIÓN DE POEMAS DEL LIBRO La Vocación del Pájaro ganador de la IV Bienal de Literatura Orlando Araujo.

En la imposibilidad
de regresar a la infancia
ves el paso de los años

en la piel,
en los huesos,
en el discurso parco,

pasando al otro lado
del río
que adelgaza
como una serpiente.






***



Las nubes
son hilos bordados
de plata.

Cuando el río ruge
Es Dios que reza
de rodillas
y la luz fluye
de sus manos

como lágrimas
en los ojos.




***



De mis manos sudorosas
brota el aliento
y la escritura celeste
calcada
en la hojas caídas
de llos árboles.





***



La quietud nos roba
el sosiego.

Escucho el río
en su rumor
con el follaje

y el rocío goteando
en el cielo
un arco grande.




***




¿Quién contesta
cuando nos preguntamos
quién somos?


***







La nostalgia viaja,
se posa
de un corazón a otro
donde viene a arrebujarse
como torditos.




***




Viendo la lejanía
del llano
abro los ojos.

Soy
mi sombra
ladeada por la luz




***




Pido perdón
a la paloma,
a la torcaza
antes de que sea tarde,

anochezca

con un corazón
contrito
de equivocaciones